El objetivo de estas técnicas mínimamente invasivas es mejorar la función, reducir el daño y el sufrimiento físico, psicológico y social que afecta al paciente. Es conocido que alrededor de un 10% del dolor lumbar, se convierte en crónico y predispone a la discapacidad.

El dolor de la columna vertebral se debe considerar como una afección ocasionada por múltiples factores relacionados al estilo de vida y las enfermedades pre-existentes que pueden favorecer la permanencia y empeoramiento de los síntomas, por lo que es necesario la utilización de un equipo multidisciplinario para el manejo de esta patología.

[Ejercicios para aliviar los dolores de espalda] Las infiltraciones, son procedimientos efectivos para el manejo del dolor crónico secundario a las hernias discales como tratamiento ambulatorio; que consiste en introducir medicamento a través de una aguja muy delgada (previa anestesia) en los músculos que se encuentran a un costado de la columna y que tienen un papel principal en la estabilización de la columna, produciendo un efecto analgésico y antiinflamatorio con relajación de tejidos comprometidos que mejora significativamente el estado general del paciente.

Indicaciones para la infiltración paravertebral:

Pacientes que no han respondido al tratamiento medicamentoso y conservador de fisioterapia, durante al menos 1-3 meses.

Como segunda opción en la escala de tratamiento progresivo para el dolor de la columna vertebral. A los pacientes se les ofrece esta opción como alternativa para aliviar el dolor y detener el uso continuo de medicamentos, con el objetivo de facilitar la actividad y así evitar la cirugía.

Pacientes con dolor cervical, dorsal y lumbar con o sin protusión del disco (discos abultados) y extrusión del mismo.
Fibromialgia.
Contracturas musculares.
Discopatía degenerativa del disco.
Espondilolistesis (Desplazamientos de vértebras) grado I
Enfermedad u osteoartritis facetaria.
Estenosis lumbar estrecha.

Previo al procedimiento, se realiza una exploración completa de la columna vertebral para identificar con la mayor precisión posible el origen del dolor y de esta manera realizar una infiltración más efectiva. Se busca la presencia de puntos dolorosos específicos, ligamentos inflamados, fascias, datos de irritación nerviosa (radicular), dolores referidos, entre otros. Todos los pacientes deben corroborar su diagnóstico por imagen, ya sea por TAC (Tomografía computarizada) o RM (Resonancia magnética).

Para finalizar, es importante recalcar que la principal ventaja de nuestro tratamiento en el Centro de la Columna Vertebral, es que el paciente al no ser sometido a una intervención quirúrgica, se expone a mínimos riesgos lo que reduce sensiblemente el porcentaje de complicaciones y secuelas que pueden atraer las cirugías, como la fibrosis postquirúrgica, que produce o incluso empeora, la situación del paciente que cuando tenía la hernia.

"La información vertida en este blog es de carácter informativo que busca fomentar buenos hábitos de salud en la población y por ningún motivo sustituye la consulta médica. Contenido revisado y corregido por el Dr. Jorge Monter Valera, Cédula profesional 10075046."