La descomposición social en México ha socavado todos los órdenes de la vida: México es el primer lugar a nivel mundial en materia de abuso sexual, violencia física y homicidio de menores de 14 años. Nuestro país también tiene el primer lugar en embarazo infantil y adolescente: se reportan 400 mil embarazos de menores al año.

Cuatro de cada 10 niñas y adolescentes menores de 15 años son víctimas de violencia sexual. 30 niñas de entre 10 y 14 dan a luz cada día en México. (Fuentes: Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, Amnistía Internacional. GIRE, Planeed Parenthood Global).

En números: 4.5 millones de niños son víctimas de abuso sexual en nuestro país y solamente se dan a conocer el 2 por ciento de estos abusos. La violencia sexual en el país es un delito que incluso va en aumento. La reflexión obligada es, ¿por qué estos delitos de abuso sexual y violencia contra la infancia crecen igual que lo hacen los homicidios y las desapariciones? Sin duda, la violencia genera violencia y la impunidad es tierra fértil donde ésta crece y se multiplica.

Además y, agravando estos problemas, la República Mexicana genera 34 mil millones de pesos en pornografía infantil. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) denuncia que México tiene de los presupuestos más bajos para combatir este grave problema social y tan solo el uno por ciento de los recursos para la infancia está destinado a la protección de los pequeños mexicanos contra la violencia, el abuso y la explotación.

La diputada federal Mariana Arámbula ha declarado que “el siete por ciento de nuestros niños son los únicos que se animan a hablar a sus papás de lo que está sucediendo; de cada 5 niños, uno está teniendo contacto con estas personas (pedófilos) en las redes sociales y en México la web tiene aproximadamente mil páginas de pornografía y explotación infantil. La ONU por lo tanto estima que hay más de un millón de pedófilos que están atrapando a nuestros niños a través de este nuevo de delito”.

En 2015 la Procuraduría General de la República (PGR) señaló que más de 30 mil menores son víctimas de trata con fines de explotación sexual, de los cuales el 80 por ciento tiene entre 10 y 14 años de edad. En 2016, había una tasa de 24.31 casos denunciados por cada 100 mil habitantes, lo que significa que 16 entidades de la República Mexicana están por encima del promedio.

México tiene una ingente cantidad de “depravados” sexuales y también abundan productores de pornografía infantil, por lo que somos el primer lugar del mundo en difusión de este tipo de contenido, según el Departamento de Seguridad de Estados Unidos. Nelly Montealegre, fiscal de la PGR especializada en los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas, señaló en 2014 que “el incremento en el número de cuentas personales radicadas en México desde las que se difunde pornografía infantil es, desafortunadamente, exponencial”.

Después del narcotráfico, la pornografía infantil es de los negocios más lucrativos tanto en México como en el mundo y la pornografía incide directamente en la violencia sexual infantil.

Para complicar más la situación en 25 de los 32 estados de la República Mexicana la pederastia no está considerada como un delito grave.

La cercanía emocional con los niños y jóvenes, las pláticas abiertas e informadas respecto a la sexualidad y sus problemática, la confianza que demos a los chicos, ayudarán a combatir el problema, pero sin duda tenemos que exigirle al estado que cumpla cabalmente con la protección de los menores desde ya.